Cuento sobre el valor del compañerismo
Había una vez una hormiga de campo muy fuerte muy fuerte a la
que todas las demás hormigas tenían envidia. Romualda, que así se llamaba la
hormiga, se creía capaz de coger cualquier cosa ya que era más fuerte que sus
hermanas.
Una espléndida mañana de verano todas las hormigas comenzaron
con sus tareas rutinarias de limpieza del hormiguero y de recolección de
alimentos para el invierno. Romualda,
como todos los días, consiguió llevar al hormiguero mas comida que las demás
hormigas y la reina la felicitó por ello.
Esa misma tarde
mientras buscaba por los alrededores, Romualda encontró una enorme nuez que
había caído del nogal junto al que vivían. La intentaba coger con todas sus
fuerzas, pero era imposible, la nuez estaba clavada en el suelo y no podía moverla.
Tras pasar toda la tarde intentándolo la nuez no cedía y decidió
posponer su trabajo para el día siguiente porque ya estaba anocheciendo y por
la noche no tenían permitido trabajar. A la mañana siguiente, Romualda se
levanto rápidamente y fue corriendo al lugar donde estaba la nuez. La nuez
seguía en su sitio, pero como esa noche había hecho mucho viento la nuez estaba
cubierta por una fina capa de arena. Romualda consiguió quitar la arena de casi
toda la nuez, pero seguía sin poder mover aquella enorme nuez.
Pasaron unos días y Romualda, que era muy cabezota, seguía
intentando e intentando llevar esa nuez al hormiguero para que todas las
hormigas estuvieran orgullosas de ella por llevar el fruto más grande. Pasaron
más días y Romualda no se daba cuenta de que al estar intentando llevar esa
nuez hacía días que no llevaba nada de comida al hormiguero.
Una tarde de regreso al hormiguero calló una pequeña nuez del
árbol, con tan mala suerte que golpeó a Romualda torciéndola una patita. Tuvo
que estar en el hormiguero recuperándose de su pata durante muchos días.
Cuando estuvo recuperada totalmente salió del hormiguero en
busca de la nuez y vio que unas cuantas de sus hermanas estaban ayudándose
entre ellas para coger la nuez y llevarla al hormiguero.
La reina cuando se enteró de que habían conseguido llevar al
hormiguero la nuez que tanto tiempo llevaba Romualda intentado mover y la
llamó. La reina le dijo que por qué llevaba tanto tiempo sin conseguir comida
para el hormiguero, y Romualda le contó todo lo que había pasado. Tras pensar
un rato la reina le dijo que si había aprendido algo de lo que le había ocurrido,
Y Romualda, con la cabeza agachada, reconoció que trabajar en equipo junto a
otras hormigas no perjudica, sino que la ayuda a conseguir llevar más comida y
así poder pasar mejor el invierno cuando escasee la comida fuera del
hormiguero.
Desde entonces Romualda recolecta comida junto a sus hermanas
y así consiguen mas comida al cabo del día.
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